domingo, 23 de abril de 2017

EL INCORRUPTIBLE

EL INCORRUPTIBLE

De todos los miembros del partido político que conocía, él mismo, era el único que no había sacado tajada nunca.

En las últimas elecciones volvieron a ganar, cómo en la infinidad de ocasiones anteriores.

Nuestro protagonista, sorprendido de que  los votantes no les echaran de la vida política, con un gran fracaso electoral, empezó a pensar que quizás la corrupción no era tan mala. 
Pensó que todos los miembros de su partido que el conocía, se habían comprado un gran coche o un gran barco gracias a sus influencias y haber robado de las arcas públicas. 
También pensó que el pueblo nunca les había recriminado sus fechorías, en los miles de trapicheos, por lo tanto, su conclusión fue, que no debería de ser tan malo. 

De pronto se imaginó disfrutando de una mañana de sol en el ático ese tan caro del que tanto le hablaba su mujer. Total, tampoco tenía que robar tanto, solamente unos cuantos contratos a dedo, unas cuantas licitaciones de obra sobre valoradas y unas pocas de comisiones, su sueño se haría realidad. 

Desde entonces sus compañeros de partido ya no le llamaron el incorruptible. Las siguientes elecciones todavía aumentaron su ventaja electoral. 


Es lo que quiere el pueblo, se decía riendo desde su ático, tumbado al sol con una copa de champán francés en la
mano y una sonrisa sarcástica en su recién estrenada cara dura.