lunes, 26 de diciembre de 2016

EFÍMERO INSTANTE

EFÍMERO INSTANTE

Cada año, cómo siempre, en su recta final, se hace inevitable echar la vista atrás. Ese momento, ese instante en el que, al mirar el calendario, nos damos cuenta de lo rápido que pasó.

Cada cual, a su manera, hace balance de lo acontecido. Recordamos el caluroso aunque añorado verano, de noches al aire libre, con la brisa nocturna rozándonos el rostro y ese olor a mar que todo lo llenaba.


Recordamos la primavera, que nos regaló las flores, deseado tesoro, que aguardabamos durante el frío invierno y se recibe con la alegría de un sol, que desperezándose inicia un nuevo ciclo.


En ese instante, nos damos cuenta, que la vida pasa rápida, que el tiempo que se nos concede, no és más que un efímero episodio, un micro segundo, comparado con los millones de años, con los que el inmenso universo nos contempla.

De ésta manera, el tiempo nos demuestra lo humildes que debemos ser, nos hace caer en la cuenta de que no somos tan importantes cómo creemos y no somos tan grandes cómo pensamos. Que año tras año, década, siglo...... todo pasa, y sólo permanece la memoria.


De cada cual depende que esa memoria, esos recuerdos que dejaremos atrás, sirvan para que los que nos siguen, puedan estar orgullosos de nuestro efímero paso por la vida.

jueves, 8 de diciembre de 2016

QUE ME QUITEN LO "BAILAO"

QUE ME QUITEN
LO "BAILAO"

Al despertar de la operación Rodolfo se sentía agotado y molesto por los efectos de la anestesia. Todavía un poco mareado tuvo la visita del cirujano. Le comentó que la operación de la columna había salido bien, pero que tenía que pensar en la posibilidad de volver a sufrir alguna intervención más, si fuese necesario. Eso no le sorprendió, se lo esperaba, aunque su larga recuperación desde el accidente de moto, ya empezaba a resentir su característica fuerza de voluntad.

Un mes había pasado, desde el fatídico día en que se cayó con su querida motocicleta y casi se mata. Un largo mes de estancia en el hospital y de innumerables operaciones. Parecía que todo iba a mejor y en breve podría volver al hogar y comenzar la rehabilitación, cosa que le animaba, pero no lo suficiente para hacerle olvidar la pena que sentía.

Cuando despertó en la UCI, reconoció a su hermano, que con lágrimas en los ojos, le saludó y le dio un par de besos de alegría. Mientras estuvo en intensivos o en planta, sus padres y hermanos se fueron turnando para visitarlo y acompañarlo en su convalecencia.

No le faltó gente querida que se pasase a visitarlo y darle ánimos durante ese largo mes, pero por desgracia otros muchos no aparecieron. Amigos que él creía íntimos y algún que otro familiar que nunca imaginaría que le podrían fallar en un momento así.

No le parecía suficiente con mensajes de Whatsapp o Facebook, él quería tenerlos cerca, contarles cómo estaba y sentirse acompañado, en esos malos momentos, aunque fuese el poco rato permitido de la visita.

Eso mismo le confesó a Doña Maruja, su vecina viuda del tercero, un día que se sentía muy triste, pues echaba de menos a gente querida que no había pasado por el hospital en todo ese tiempo. No te preocupes hijo, le comentó Maruja, tu piensa en todos los que sí han venido a verte, y que se preocupan por ti, al resto ni caso, puede que no hayan podido o simplemente no les importas lo que tú creías. De todas maneras, ellos mismos se han retratado.

Rodolfo se sintió aliviado, gracias a su vecina, pudo ver el lado positivo de esas repetidas decepciones. También pudo descubrir que otras personas que no creía íntimas le habían demostrado gran afecto. Cómo Doña Maruja, varios compañeros de trabajo que sin tener gran relación se preocupaban de visitarlo a menudo, incluso un primo del pueblo, que a pesar de la distancia le visitaba todas las semanas.

Durante esa dura prueba, Rodolfo, pudo darse cuenta de lo frías que son las relaciones en redes sociales. Que aunque escribiendo, hablando o viendo fotos de amigos a diario, no disfrutaban en directo de su compañía y calor personal. Y por desgracia fue una lección de vida que se propuso no olvidar.

Desde entonces, dedicó más tiempo a disfrutar de la gente que quería y lo quería a él, intentando verlos lo máximo posible, organizando comidas o celebraciones. Donde poder, con muchos a la vez, saborear momentos agradables, sacando partido, de una vida que puede que no siempre sea todo lo larga o saludable que uno quisiera. Haciendo bueno el refrán de " que me quiten lo bailao ", aunque a menudo acabe sin poder evitarlo, rodando por internet un selfie grupal, recopilando decenas de " me gusta " de gente, que quizás nunca se acabe conociendo jamás.


sábado, 3 de diciembre de 2016

PARAÍSO PERDIDO

PARAÍSO PERDIDO

Juliana amaneció con la agenda cargada de tareas pendientes. La vida del autónomo no era fácil y tenía que lidiar día sí y día también con infinidad de asuntos que hacer aparte de atender su tienda.

Harta de ir de trabajo en trabajo basura, un día, ella y su marido, decidieron coger el traspaso por jubilación, de una tienda en su barrio. Removieron cielo y tierra para conseguir el dinero necesario y realizaron el maremágnum de papeleo, para poder hacerse cargo del negocio, su negocio, donde no le importaba, echarle las horas que hicieran falta para que saliese adelante.

Esa mañana tenía que recoger género, se levantó temprano y se fue al almacén de la empresa de transportes en el polígono. Iba pensando en las miles de cosas que tenía que hacer sin darse cuenta que había un control de radar a la salida de la ciudad. El agente de tráfico la paró y le comunicó que circulaba a 65 km/h, en un tramo estipulado en 50. Juliana resopló con cara de contrariedad y resignación a la vez.

Siguió camino hacia el polígono, de mal humor por culpa de la multa, pero intentando que eso no le amargase el día. En la empresa de transportes recogió el género y se dispuso a ir a la oficina de su gestor, para llevarle unas facturas, mientras, su marido estaría a punto de abrir la tienda.

Buenos días, dijo al entrar en la gestoría, aunque para ella, de momento no lo eran. ¿Que tal Juliana, cómo te va todo? Le preguntó Álvaro, su gestor. Pues oye, le contestó Juliana, no me quejo, después de los cuatro años que nos ha costado levantar el negocio, por fin, ya se van viendo frutos. Pero, me están quitando las ganas.

¿ Y eso ?, le preguntó Álvaro. Nada hijo, que encima de lo duro que es sacar todo para adelante, últimamente se me ponen al lado de la tienda unos cuantos vendedores "top manta" y me están quitando ventas. Estoy cabreadísima, y esta mañana yendo al almacén, me han puesto una multa de tráfico. La verdad, gracias por preocuparte, pero estoy que trino.

Vaya, lo siento. El caso es que tenía que decirte que el recurso que hicimos sobre las dos multas de la Agencia Tributaria que trajiste han sido desestimados y te tocará pagarlas. Rondan los mil Euros. En efecto tu antiguo gestor dejó de incluir una factura y presentó tarde una declaración negativa. Aunque no toque pagar, hay que presentarla también al final del trimestre sin falta.

La cara de Juliana se fue poniendo roja por segundos y volvió a resoplar. Mierda, exclamó y se llevó las manos a la cabeza. Tras unos segundos de asimilación, dijo, !bueno¡, Álvaro, que le vamos a hacer, pagaremos y ya está. Le entregó las facturas que llevaba y se marchó para la tienda cabizbaja.

De camino, pasaron por su cabeza decenas de pensamientos, eso la agotó más. La verdad es que éste año cogemos vacaciones, sí o sí, se dijo en voz alta para auto convencerse. Hace años que querían ir de viaje a un país ecuatorial, un precioso e idílico país, que le habían contado que era cómo un paraíso. !Goyo, necesitamos vacaciones¡. Le dijo a su marido con cara de cansancio al llegar.

Unos meses después,habían conseguido organizarse el trabajo en la tienda, dejaron a una empleada a cargo y se fueron de viaje de relax al trópico.
Fueron para ellos unos días fantásticos, en los que descansaron y visitaron preciosos parques naturales, volcanes y ruinas de una antigua civilización. Por fin unos días de relax, que les hicieron sentir felices.

En una de las excursiones, visitaron una plantación de café ubicada en una zona preciosa y con una inmensa casa colonial. Se quedaron con el grupo a comer en la hacienda y se sentaron en la mesa al lado del dueño. Disfrutaron de la comida típica y de una conversación agradable. Durante la charla, el propietario les confesó tristemente que tenía que irse a Estados Unidos con su hija que vivía allí. Tenían que operarla de urgencia, por lo cual había puesto en venta la plantación ya que necesitaba el dinero para  la intervención.

Le dieron ánimos y le desearon que fuese bien la operación. Sin dejar del todo la charla le preguntaron cuanto pedía por la hacienda. Les dijo que le urgía, que su precio rondaría el medio millón de Dólares, pero que la emergencia le obligaba a hacer una gran rebaja para que pudieran operar a su hija. ! Ahorita pido cien mil Dólares ¡ es lo mínimo que necesito para pagar la factura del hospital.

Juliana y Goyo se miraron en ese momento aunque no dijeron nada. Después de la comida hablaron entre ellos de la posibilidad de aprovechar y comprar la plantación de café, era una gran oportunidad al estar tan barata, le hacían un favor al dueño en su necesidad y podrían disfrutar todo el año de ese paraíso. Sin saber cómo, quizás enamorados de esa preciosa tierra, se decidieron a hacer la compra.

El dueño se puso muy contento, cuando volvieron a darle la noticia, abrió una botella de vino y brindaron por el trato. Esa noche se quedaron a dormir y el propietario avisó al Notario que tenía unos compradores.

Sin dilación, nuestros protagonistas avisaron a su banco de la operación y en dos días el Notario estaba en la hacienda para firmar la compra venta. Mientras hacía los preparativos y repasaba los DNI, Luciana y Goyo se miraban ilusionados, a la vez tampoco podían perder ojo de la preciosa casa y de las vistas que ofrecía desde sus grandes ventanales. De repente oyeron unos disparos a lo lejos y el trote de unos caballos. Eso extrañó y atemorizó a todos los presentes.

Salieron a la puerta de la casa y vieron acercarse un convoy de varios todo terrenos que encabezaba un par de decenas de jinetes. Llegaron delante de la casa y saludaron. Señores les informamos que el país ha sido "liberado", el "Ejercito Revolucionario del Pueblo" toma posesión de esta hacienda para ponerla al servicio de la Revolución. Los que lo deseen podrán trabajar en la plantación cobrando un sueldo justo. Para los no residentes, tendrán diez días para renovar el visado o volver a su país. Se quedaron todos de piedra y el dueño de la plantación no pudo evitar echarse a llorar.

En el avión nuestros protagonistas todavía estaban en shock. Dios mío, menos mal que llegaron antes de que comprásemos, le dijo Juliana a su marido acurrucada en su hombro, mientras, no pudo evitar que una lágrima resbalase por su mejilla. Bueno mujer, dijo Gregorio, pensemos en positivo, en España es muy duro tirar para adelante, nos cuesta horrores mantenernos a flote, pero bueno, a pesar de todo y de no ser el paraíso soñado de momento podemos estar tranquilos, que ese tipo de cosas no pasarán.
Eso espero Goyo, que siempre podamos estar tranquilos y que nadie venga en un futuro a quitarnos el fruto de nuestro esfuerzo.

Se sonrieron, besaron y acurrucaron cabeza con cabeza, respirando tranquilos, todo había pasado por fin y estaban a salvo. La vida seguiría para ellos, dura y lejos de su paraíso soñado, pero segura al fin y al cabo.

viernes, 18 de noviembre de 2016

DIETA MILAGRO

DIETA MILAGRO

En el gimnasio, Rodolfo se sentía feliz, era para él cómo una válvula de escape, la clase de Zumba aparte de divertida le hacía olvidar sus problemas y le ayudaba a perder esos gramos diarios, tan difíciles de consolidar, en la eterna lucha contra su (digamos) caprichoso metabolismo.

Siempre era puntual en Zumba, se cambiaba en el vestuario y llegaba con tiempo de antelación para pillar su sitio preferido. La música y el baile le subían la moral y le disparaban las endorfinas, cosa que necesitaba por qué, no pasaba por sus mejores momentos.

La naturaleza no había sido muy generosa con Rodolfo, no pudo conseguir en su adolescencia, alcanzar una estatura aceptable y por ende, tenía predisposición al sobre peso. Para poner la guinda al pastel, últimamente una incipiente alopecia empezaba a ponerse de manifiesto en su coronilla. Maldita sea, se decía mirándose en el espejo del baño por las mañanas después de la ducha.

Aún recordaba el día que su novia le dejó. No hacía mucho tiempo de ello y todavía estaba flojo de moral. Sin embargo eso le sirvió de revulsivo para proponerse conseguir el peso ideal. Días después de la mala noticia y de auto fustigarse echándose la culpa de la ruptura, se apuntó al gimnasio y comenzó una dieta milagro, de esas que según le dijeron, no podían fallar.

Poco a poco y con esfuerzo fue consiguiendo perder una buena cantidad de kilos, se veía más ligero y fuerte, pues también empezó a levantar pesas y hacer flexiones. Quizá era su exclusiva forma de tener la mente ocupada para no pensar en su ex, pero de momento era lo único que le mantenía en equilibrio.

Una mañana, estando en el trabajo, el teléfono de Rodolfo sonó, y vio que la llamada la hacía su ex. Dudó al acercar la mano al teléfono móvil, pero se armó de valor y contestó con un dígame, que sonó un poco agudo por culpa de los nervios. Rodolfo, ¿te importaría que pasara esta noche por tu casa? es que tengo que comertarte algo. Bien, vale, cuando quieras te pasas, le contestó, concretaron la hora y se despidieron.

Todo el día estuvo Rodolfo dándole vueltas a cual sería la razón por la que ella quería pasar a hablar con él, de noche y en su casa, pues hacía meses que no se veían ni hablaban. No pudo evitar pensar en la posibilidad de que quisiera retomar la relación y se ilusionó.

Terminó de trabajar un poco antes y se fue al gimnasio para hacer musculación y flexiones, después se pasó por el peluquero para estar lo mejor posible esa noche. En casa se dispuso a esperar a que llegase.

Cuando ella llegó, Rodolfo fue a abrir vestido y peinado de forma impecable. Al entrar le saludó con dos besos y le preguntó como estaba. Él le contestó que bien y le hizo la misma pregunta.
Pues bien gracias, he estado viviendo en casa de un amiga y ahora he alquilado un piso. Me preguntaba si no te parecía mal que repartiésemos los muebles ahora que ya puedo. Rodolfo se quedó petrificado, sin palabras.
Perdona que sea así de brusca, pero es que me corre prisa y hemos dejado la furgoneta abajo mal aparcada. Si no te importa me llevaré el mueble del salón, el sofá, la mesa y sillas de la cocina. El siguió quieto, cómo si de una estatua se tratase.

En unos segundos pudo reaccionar, para decirle que bien, que cogiese lo que quisiera. Se dio media vuelta cabizbajo y se hundió en el sofá que en momentos se tenían que llevar, sin dejar de pensar, que la persona a la que quería, ya definitivamente se había desprendido de él.
Mientras ella no tuviese una relación y no se hubiese llevado sus cosas, la posibilidad de volver, en realidad, siempre estuvo en su mente. Ahora ya no había remedio.

Cuando terminaron de llevarse los muebles y algunos objetos personales, Rodolfo se quedó hecho polvo, sentado en el suelo de un salón prácticamente vacío, tan vacío, cómo se había quedado su corazón, ahora sí, definitivamente destrozado y sin ilusión.

Después de unos eternos minutos sentado a oscuras y dándole vueltas a decenas de recuerdos, pensó en llamar a un amigo y contárselo todo. El amigo de Rodolfo dispuesto a animarle le convenció para que le recogiese y saliesen a cenar. Venga Rodolfo, la vida son dos días, salimos un rato y nos despejamos.

En el restaurante, Rodolfo le contó a su amigo todo lo que había pasado mientras se comían unas raciones de bravas, huevos revueltos con jamón y un gran entrecot de buey. Esa noche se saltó la dieta, necesitaba consolarse con algo y el darse una gran comilona en compañía, era una buena manera de pasar el mal trago.

Después del postre, saciado y más tranquilo al haber contado sus penas, empezó a arrepentirse de haberse saltado la dieta, el disgusto sólo le había apartado unas horas de su obsesiva fijación. Seguro que he engordado medio kilo, se decía a si mismo una y otra vez, lamentándose. Cuando llegaron los cafés le dijo al camarero airadamente que trajese sacarina, fue su primera reacción, cómo si con ese detalle quisiera quitarle importancia a todo lo que habían comido previamente. 
Mañana para comer, hervido, iba pensando camino de casa después de despedirse de su amigo, ya retornando a su obsesiva realidad, una obsesión que para bien o para mal era de momento su único consuelo y distracción.


miércoles, 2 de noviembre de 2016

NO SE PUEDE TENER TODO EN LA VIDA

NO SE PUEDE
TENER TODO EN LA VIDA

La vida en la aldea podía tener muchos calificativos, entre los cuales no estaban, fácil, divertida, agradecida y tampoco feliz. Así era la existencia de Altaira, que desde niña se sintió fuera de lugar, aunque no le faltaban amigos ni el calor del hogar familiar.

Inteligente y despierta, siempre se hacía preguntas, ¿ por qué tenemos que andar sobre barro en las calles cuando llueve? o ¿ por qué la aldea no dispone de iluminación pública?. Así ha sido siempre, le decían sus amigas y ella, que también nació inconformista, no lo entendía.

Altaira y su familia tenían una modesta explotación ganadera de vacas y cabras. Vendían leche y quesos en el pueblo cabecera de comarca. Después de la dura semana de trabajo iba con su padre y hermanos los sábados y domingos a vender su mercancía. Terminaba agotada, de una semana dura, pensando que, tenía que volver a madrugar el lunes para limpiar y dar de comer al ganado.

Altaira estaba a punto de cumplir 18 años y eso le hacía ilusión, su padre le dijo que para entonces le daría una sorpresa. Ese día le felicitó todo el mundo pues era muy querida. Por la tarde su padre llegó a casa con un joven de la aldea vecina y saludaron a toda la familia.

Hija mía, te traigo a Venancio, que hace tiempo te quería pedir en matrimonio, y ahora que ya eres mayor de edad, es el momento oportuno. Su madre y hermanos la felicitaron e hicieron una gran celebración. La sentaron al lado de Venancio y cenaron juntos.

Nuestra protagonista no recibió bien la noticia, no se hacía a la idea de casarse e irse a la aldea de Venancio, el chico estaba bien, incluso era guapo, pero no era lo que quería en ese momento, tampoco era lo que quería para ningún momento de su vida. No dijo nada, intentó sonreír durante la cena, pero su mente estaba lejos, muy lejos ya, de su presumible destino.

Por la mañana en la casa todo el mundo se puso en marcha,  era otra jornada de trabajo, pero no fue un día como otro cualquiera, descubrieron que Altaira había desaparecido dejando una nota.



La vida en la gran ciudad tampoco era sencilla, a las clases de Políticas en la universidad a distancia, Altaira añadía ocho horas diarias en un restaurante, pero le daba igual, estaba dando forma a su sueño, a una vida que se abría con un sin fin de posibilidades, que estaba segura podría conseguir.

Al cabo de un tiempo, conoció en el restaurante un chico de familia burguesa, con estudios y muy buena posición, aunque no excesivamente atractivo. Le propuso salir una tarde y ella aceptó, convirtiéndose en poco tiempo en novios.

La relación era perfecta y tenía el beneplácito  de la familia de su novio, también iba bien su carrera y el trabajo del restaurante. Muchas veces se acordó de Venancio, al que no volvió a ver las veces que visitaba a su familia. Ese chico guapo y fuerte, pero que era parte de un mundo al que Altaira ya no quería pertenecer.

Cuando se acordaba de ello, comparaba todo lo que ahora disfrutaba y lo que había dejado atrás, su actual pareja no era muy atractivo como Venancio, pero bueno, en realidad esa era la única pega. ¡ No siempre se puede tener todo en la vida! decía para sí, cada vez que rememoraba tiempos pasados.

martes, 25 de octubre de 2016

SE BUSCA MARIDO

SE BUSCA MARIDO

Un sábado cualquiera en un gran centro comercial cualquiera.

Laura y su marido iban cómo todos los sábados haciendo la compra. Con su carro, su lista y haciendo en mismo recorrido en zigzag por los pasillos. Siempre igual y de la misma manera, seguían el mismo patrón. Era fácil y podían ser capaces de hacerlo con los ojos cerrados. Laura iba comentando que tenía la sensación de que habían subido los precios y de que a pesar de ello el hiper mercado estaba lleno de gente, cuando se dio cuenta, iba hablando sola.

En ese momento le tocaron por la espalda. Perdona, a ver si me puedes ayudar, es que he perdido a mi marido hace nada. Le dijo una chica al entrar en el pasillo de jardinería.

Estos hombres siempre despistados, le contestó Laura. A mi marido también lo estoy buscando y ya me imagino donde está, seguro que en el pasillo de herramientas y bricolaje, o puede ser que en el de accesorios del automóvil.

Pues sí, es probable, la verdad es que son bastante previsibles, le contestó la chica. El caso es que estábamos mirando unas macetas y en un momento lo he perdido de vista.

Bueno, pues vamos a ver si los encontramos a los dos. Dime, ¿ cómo es tu marido ?. Pues es alto, 1,90, unos 90 kg de peso, musculado, ojos verdes, pelo negro no muy largo.........
Laura se lo imaginó y quizás, a la descripción le puso un poco más de su cosecha, pensando que llevaba una camisa que dejaba ver buena parte de su torso musculado y un pantalón ajustado que le marcaba bien el culo.

Salió de sus fantasías cuando le preguntó. ¿ y tu marido cómo es? para hacerme una idea.
Laura le dijo, mira.... ¿ que te parece si vamos juntas a buscar a tu marido, y luego ya buscamos al mío? 
Y así hicieron, yendo las dos en dirección al pasillo de accesorios del automóvil, mientras comentaban las ofertas mas interesantes.

Mientras la chica hablaba, Laura volvió a desconectar, se preguntó a si misma por qué se avergonzaba de lo poco atractivo que era ya su marido, por qué sentía curiosidad por conocer al otro marido perdido y descubrir si en realidad estaba tan bien como le había descrito.

Se siguió preguntando cómo habían llegado a esa rutina repetitiva todas las semanas. Incluso se preguntó si no era ella sola la que se sentía así, y su marido en realidad se había perdido a propósito, huyendo de su charla. Pensó que quizás también la veía poco atractiva e iba mirando con deseo a otras mujeres como entretenimiento por el hiper mercado intentando alegrar ese aburrido sábado de compras.


jueves, 20 de octubre de 2016

IN MEMORIAM

IN MEMORIAM

Oyó una voz a lo lejos, que le hizo recordar, era una voz conocida. Se dio cuenta, que en realidad la estaba llamando a ella. Se giró y vio a su madre.
Hija, te he estado buscando, anda ven, que tengo que probarte un vestido que te he arreglado.

Hicieron varias pruebas y quedó perfecto. Era el vestido más bonito que recordaba, beige estampado con flores. Que bonito ha quedado mamá, muchas gracias, le dijo mientras sonreía y se miraba coqueta en el espejo.

Hacía años que no se veía tan guapa, tan joven y tan feliz.
Sin tener tiempo para pensar, su padre apareció en el umbral de la puerta. Hola chavales, hola reina mía, le susurró a su mujer mientras le daba un beso en los labios. Al instante se agachó, la cogió a ella y a su hermano y se apretaron los cuatro en un abrazo mientras se reían y unían sus frentes. Era su saludo preferido, el mejor momento del día, en el que podían estar los cuatro juntos y disfrutar de su mutua compañía.

De repente, ya no estaba en el salón de su casa con sus padres, aunque si se reconoció llevando su vestido estampado. Era medio día y al mirar a su lado vio a su abuela que la llevaba de la mano junto a su hermano por los jardines de Viveros. La abuela les miraba feliz y se la veía orgullosa de sus nietos. Venga vamos al kiosco y compramos alpiste para las palomas, dijo la señora alegremente.

De repente a sus pies, en el suelo de arena del parque de Viveros, en esa mañana soleada de domingo, se acercaron una decena de palomas que picoteando se iban comiendo el alpiste que les echaban.
A ella y a su hermano les divertía esa simple manera de pasar parte de la mañana, a la abuela también, aunque dedicaba más tiempo a mirar las caras de alegría e ilusión que ponían sus nietos, que a las palomas revolotear.

En ese momento despertó, fue un despertar dulce, cómo si todavía se notase cerca de sus seres queridos, en una época pasada llena de inocencia e ilusión, en la que su familia estaba al completo.

Ya no se sentía mal recordando a su querida familia, que antaño la llenaba con su sola presencia, ese tiempo pasó, como pasa todo en la vida y los años difumina.
El dolor se fue convirtiendo en melancolía y ahora ya era un agradable recuerdo. Los malos momentos, los sustituyó rememorando épocas felices de su niñez y adolescencia, cuando estaban todos y parecía que el tiempo no pasaba para nadie.

lunes, 17 de octubre de 2016

A MI NADIE ME HA PREGUNTADO

A MI NADIE ME HA PREGUNTADO


En un bonito país vivían un Rey y su Reina, eran unos reyes muy fotogénicos, pero poco más. Los Reyes no gobernaban, por que así lo quiso el pueblo en su momento, eso decían los cronistas, aunque curiosamente ya nadie se acuerda de ese detalle.

En ese mismo país, habían millones de personas que no entendían por qué el Rey no gobernaba ni tampoco por qué los políticos no se ponían de acuerdo. Todas esas personas, también se preguntaban, en que momento les habían pedido opinión para ponerlos como excusa en el lío que había montado.
A pesar de ello, nadie se atrevió a decir nada, todo el mundo siguió con sus tareas.................quizás por culpa de esa desidia
nunca les consultaban cosas importantes.

viernes, 14 de octubre de 2016

ESPERANZA PERDIDA

ESPERANZA PERDIDA

Marcial no sabía que ropa ponerse. ¿Americana con vaqueros? no, a ver, ¿traje con chaqueta y corbata?, no, ¿con pajarita?......
Estaba un poco nervioso, era la tercera cita que tenía con Mariela, quería estar perfecto para ella y que lo pasasen bien.

La recogió en la puerta de su casa y partieron hacia el centro. ¿Que tal la semana?, le preguntó para sacar conversación. Bien, dijo ella, sin novedad. ¿ Y el contrato con CEDA, ha salido bien? Sí, se firmó el martes, respondió sin extenderse.
Que difícil me lo pone, pensó Marcial, mientras paraban en un semáforo.

El restaurante era de lo mejor de la ciudad, no le faltaban estrellas Michelín, glamour y clientes importantes.
Le dedicó una sonrisa mientras ojeaban la carta y tomaban un vermout, a lo que ella respondió con una mueca forzada. Eso le despistó un poco de la carta de vinos y le bajó un poco la moral.

¿Ya decidieron los señores?, preguntó el maitre, pues una botella de Pesus, por favor, contestó Marcial. Excelente elección señor. A continuación pidieron la comida y el maitre se despidió con un gesto elegante.

Mariela estaba en silencio y eso hacía la situación tensa. Sin esperarlo empezó a hablar titubeante. Hizo comentarios superficiales sobre política, el tiempo y el calendario fiscal, lo que dejó a Marcial una sensación amarga. Escuchaba, y a veces los ojos se le perdían en las cuencas en un gesto de aburrimiento que intentaba disimular.

Tengo algo que decirte, comentó durante el postre. Dime guapa, le contestó. Se que me tienes gran estima y me has ayudado con el importante contrato que hemos firmado esta semana, pero............. es que no tengo la esperanza que lo nuestro pueda funcionar.

Sintió que la tierra se quebraba bajo sus pies y que se hundía en un abismo.
Mariela se disculpó y se despidió sin ni siquiera dedicarle un beso.
Maitre, por favor la cuenta, dijo Marcial en tono melancólico en el momento que pudo reaccionar al golpe.

Trajeron la cuenta y se dispuso a pagar cuando observó que ascendía a casi 1000 Euros. Repasando nervioso vio atónito que la botella de Pesus costaba 700 Euros. El pulso se le aceleró.

Cuando asimiló el error de no fijarse bien en el precio de la botella, se decidió a tomarse y saborear hasta la última gota que quedaba en ella. Mientras bebía, intentó consolarse sin lograrlo.
Cuando se fue Mariela dejándolo, pensaba que la esperanza es lo ultimo que se perdía, pero claro, eso era antes de comprobar la cantidad que acababa de perder con la dolorosa cuenta de la cena.

martes, 11 de octubre de 2016

EL ÚLTIMO NINI

EL ÚLTIMO NINI

Año 2120, ha fallecido N.A.D. El último NINI, a la edad de 122 años. Estuvo afincado en España, cuna de gran parte de los extintos Ninis Europeos.

Némesis le pusieron sus padres, un poco caprichosamente, quizás, sin saber que Némesis en la mitología griega significaba castigo o venganza.
Así fue para ellos, un vengativo castigo, quizás del destino o quizás fruto de su incapacidad para corregirlo o motivarle.

El último de una estirpe de varias generaciones de jóvenes que acabaron auto excluidos, pues se dieron por vencidos sin librar batalla y lo dieron todo por perdido sin intentar antes ganar algo.

Némesis les dio muchos disgustos a sus familia, pero, hablemos de las cosas buenas que hizo, o mejor, ya que no las hay, hablemos de las cosas graciosas y anécdotas que protagonizó.

Este artista de la picaresca, fue capaz de vivir de sus padres toda su vida, no contento con su gesta y ya sexagenario consiguió vivir de sus hijos y al final de sus nietos, sin el mas mínimo atisbo de vergüenza o de reparo.

Pasó por casa de muchos familiares, buscando un hueco donde dejarse caer y donde hubiese una conexión a internet, televisión por cable y un enchufe para el móvil.
Tampoco pedía mucho, para no abusar en exceso y que le durase el alojamiento. En ese sentido fue bastante comedido.

Deseamos que esté donde esté, Némesis, pueda estar en paz. Que quien sea que organice el más allá, pueda ser un poco comprensivo con él, pues en el más acá, tampoco fuimos capaces de conseguir que hiciese nada de provecho en toda su larga vida. D.E.P.

jueves, 6 de octubre de 2016

EXCUSA DE TRAICIÓN

EXCUSA DE TRAICIÓN


Boquiabierta se quedó cuando lo encontró haciendo la maleta en la habitación.

Ni siquiera la miró a la cara, siguió con su tarea mientras le dijo... ¡ necesito un tiempo para reflexionar !.

Cuando pudo pronunciar palabra le preguntó por qué. Cómo se podía llegar a esa situación sin ningún tipo de preámbulo.

Perdona, pero la rutina ha podido con lo nuestro, le contestó él, frívolamente.

La ira la invadió y notó cómo se la llevaban los demonios. ¡ Haz el favor de largarte ya mismo ¡ y espero que seas muy feliz con la tal " RUTINA " que ha podido con lo nuestro, le dijo en tono cínico, cerrándole de un golpe la maleta.


lunes, 3 de octubre de 2016

RELATIVIDAD TEMPORAL

RELATIVIDAD TEMPORAL

Carmela oyó sonar las siete en la alarma de su teléfono, era viernes y se dispuso a recoger rápidamente, ! Carmela ¡ le dijo Pedro desde unas mesas más atrás, ¿vamos a tomar algo a una terraza?. Claro, venga, bajamos.

La semana se le había pasado rápida, al igual que el verano y el resto del año. A finales de ese septiembre, las cosas en la empresa iban mejor, después de varios años de dificultades, por fin se volvía a respirar buen ambiente en la oficina.

Ups, las diez, que rápido se me ha pasado, me voy para casa, estoy derrotada. ! muy bien ¡ le contestaron sus compañeros y se despidió de ellos. Cuando llegó a la plaza vio luz en el portal de su finca y varias personas dentro. En ese momento se acordó,  ! aaahhhh ¡ reunión de escalera.

Forzó el gesto para sonreir al entrar al patio de la finca, todos los vecinos le saludaron al igual que el administrador, el cual a la vez le daba una carpeta de papeles y un gran manojo de llaves. Carmela, le toca el turno de presidencia de la escalera. La cara que puso fue un poema.

La reunión se le hizo interminable a pesar de quedar escasamente una hora. No hizo mucho caso cuando hablaron del cambio del color de los toldos, ni de la derrama para cambiar el motor del ascensor. Sólo prestó atención cuando hablaron de los impagos del 6ºE, pues pasaban por malos momentos y se habían divorciado. Saliendo de su letargo exclamó para sí misma   ! madre mía, ese pedazo de hombre está libre ¡.

Se sintió mal por haber tenido esa reacción tan alocada. Al acabar la reunión se subió a su piso, el 6ºD y mientras giraba la llave, volvió a acordarse de Víctor, su vecino y amor imposible, de cómo le sonreía en el ascensor mientras hablaban del tiempo o de otros temas intrascendentes y eso la acabó de hundir.

Entró en casa arrastrando los pies, soltó la gran carpeta, el manojo de llaves de la comunidad y se echó en el sofá mientras suspiraba...........  ! creo que este año de presidencia se me va a hacer muuyyy largoooo ¡.

viernes, 30 de septiembre de 2016

DUEÑA DE SI

DUEÑA DE SI

Petra, siempre fue dueña y señora de su persona, una auténtica soberana.

Desde pequeña le costó hacerse valer en casa, en el colegio y después en el trabajo, pero el esfuerzo valió la pena.

Pudo construir y disfrutar un reino, su particular reino, justo, feliz y lo más importante,libre. Como a ella le gustaba.

miércoles, 28 de septiembre de 2016

TIEMPO REVUELTO


TIEMPO REVUELTO

El era cómo un huracán desatado.
Ella era cómo una plácida y soleada mañana de domingo.

Consiguieron engendrar juntos una bella tarde lluviosa de otoño y una suave noche de neblina.

Las cosas en casa siempre andaban un poco revueltas, cómo el tiempo, pero ellos lo llevaban de maravilla.

PASADO PETRIFICADO

PASADO PETRIFICADO


Se alejó  sin mirar atrás, para no convertirse en estatua de sal. Cómo el resto de todo su pasado.

LA TORMENTA

LA TORMENTA

Horrorizada, contempló cómo su joven hijo se adentró en la tormenta.

Estás seguro hijo mio? le gritó.

Si, madre, tengo que aprender a caminar sin paraguas.

BENIGNA LA BRUJA

BENIGNA LA BRUJA

La bruja llenó el depósito de su escoba. 50 €, dijo el empleado.

 Por dios, exclamó Benigna, y se marchó farfullando y muy despacito para así gastar menos.

VOLUNTARIA SOLEDAD

VOLUNTARIA SOLEDAD

Comió con un único cubierto, en la única habitación del apartamento, que era el único del edificio.

El único edificio de la ciudad.

La ciudad tenía una sola calle, así era todo, en el universo paralelo que se había creado.

Al cruzar el umbral que unía los dos mundos, tiró la llave y allí se refugió.

Sus amigos y familiares se preguntaban donde se había metido, pero eso era en otro mundo.........en otro universo , que ya no era el suyo.

domingo, 25 de septiembre de 2016

SI HUELE MAL, YO NO HE SIDO

SI HUELE MAL, YO NO HE SIDO


El primer día de trabajo de Ramiro en el laboratorio, fue algo especial para él, pues se acordaba de lo que le costó conseguirlo. Trabajando de camarero mientras estudiaba la carrera fue duro, al igual que recorrerse la ciudad entregando curriculums y los interminables procesos de selección.

Bajó de su nube cuando el encargado le acompañó a su puesto de trabajo. Era el departamento de análisis de heces.

El primer mes en el departamento de heces se pasó lento y tortuoso para Ramiro, pero necesitaba el sueldo. El día de pago fue a recoger su nómina con la cabeza baja y pensando en sus cosas.

Cuando echó un vistazo a la nómina, volvió a aparecer la sonrisa que su cara echó de menos durante ese largo mes. Un generoso complemento engordaba su nómina hasta llegar a una cifra para él, muy importante.

Riéndose a carcajada limpia, volvió a su puesto de trabajo, pensando en cómo les contaría a sus familiares y amigos que tenía un sueldo " que te cagas ".      FIN

LA VIEJA CASA

LA VIEJA CASA 


A nuestra protagonista no le gustaba el apodo que le habían puesto algunos de sus habitantes, se creía joven y con fuerzas, sus más de 500 años, no eran nada para ella, pues por ejemplo tardaron casi 800 en construirla.

Ella no entendía por que algunos de sus habitantes no vivían a gusto bajo su techo, un techo que les mantuvo a todos unidos y a refugio de toda inclemencia durante años y años muy duros. 

La casa necesitaba arreglos, pues todo necesita de mantenimiento, pero sus habitantes no se ponían de acuerdo. Unos decían que todo estaba bien, que para qué arreglar nada, en cambio otros pensaban que había que echarla abajo y hacer varios adosados en su terreno. 

Mientras seguían con sus dimes y diretes sin llegar a ninguna conclusión, La Casa se esforzaba en que los habitantes de las alas norte y noreste  no pasaran frío en invierno, pues siempre se estaban quejando por todo, tanto se desvivía por ellos que a veces descuidaba al resto que no protestaba, y eso en definitiva la ponía más triste. 

Por las noches soñaba con un pasado más feliz y con grandeza, cuando todos sus habitantes se sentían orgullosos de ella, la cuidaban y se esforzaban en que luciera bella. En sus sueños una canción se repetía en ocasiones  "Cualquier tiempo pasado fue mejor" tarareaba mientras dormía.              FIN