miércoles, 21 de junio de 2017

EVOLUCIÓN IMPERFECTA I PARTE

EVOLUCIÓN IMPERFECTA I PARTE

En casa Zeus, era el amo y señor. Iba y venía por todas las estancias a su antojo. Todos los muebles eran susceptibles de usarse,  para echar una buena siesta y estrenaba rascador cada medio año, todo a pedir de boca, excepto por un pequeño sobrepeso al cual, nunca hizo excesivo caso. 

Por las mañanas avisaba a los humanos que le servían,  para que le sacasen de la caja fría, su sobre de carne preferido y que le llenasen su cuenco de pienso fresco. Todo iba a las mil maravillas.

Su compañero se llamaba Fidel, un amable y cariñoso Labrador color canela. Fidel y Zeus se llevaban bien, Zeus llevaba las riendas y el buenazo de Fidel nunca era capaz de hacer algún amago de protesta.

Los dos amigos jugaban y se hacían compañía mientras los humanos estaban fuera de casa, en sus juegos siempre ganaba Zeus, a lo que Fidel, no le daba importancia por su generosa forma de ser, incluso tampoco se enfadaba por que el tenía que dormir en el suelo, mientras que su caprichoso compañero felino, dormía en la cama calentito entre los dos humanos.

Un día los humanos, llegaron a casa con un libro que mientras leían, observaban fijamente a Zeus y cuchicheaban. En poco tiempo empezaron a darle órdenes de donde no podía subirse y le cerraban la habitación por la noche,  Zeus estaba furioso. 
En pocos días, notó que el sobre de carne estaba cómo soso y el pienso poco sabroso, le habían puesto a dieta. 

Una noche cómo en las recientes otras, le cerraron la habitación dejándolo fuera. A lo que respondió con unos minutos de maullidos protesta, que no obtuvieron respuesta, eso aún le enfureció más. Fidel le quiso animar dándole unos cariñosos lametones, sin conseguir aplacar la rabia de su amigo.

Al día siguiente, al despertar, los humanos de Zeus se dieron cuenta de que la puerta del balcón estaba abierta y no estaba en casa. 
Zeus ya llevaba horas acercándose a varios humanos por la avenida, intentando decidir cual era el  idóneo para que le adoptase y poder así disfrutar de la gran vida, cómo a él le gustaba. 

Nerviosos y preocupados, sus dueños fueron a buscarlo, se separaron y cada uno de ellos fueron preguntando por la calle y llamando a Protectoras de animales por si sabían de Zeus.
Después de unas horas tuvieron la suerte de encontrarlo y pudieron llevarlo para casa.

A partir de ese momento, Zeus se convirtió en el gato más afortunado y consentido del mundo. Su travesura y malos modales, no sólo no le perjudicaron, si no, que consiguió vivir aún mejor de lo que vivía antes. El pobre y amable Fidel, pasó a segundo plano, el perro fiel, que nunca dió un problema a sus dueños, quedó un poco desatendido de cariño. 
Zeus, gracias a su rabieta y egoísmo consiguió todo lo que se propuso, incluso seguir durmiendo con los humanos en su cama, sin importarle que su amigo y compañero Fidel, se quedara fuera de la habitación.

El pobre Labrador, sin entenderlo, estuvo muchos días triste y pensativo. Se preguntaba por qué, ser amable, atento, fiel y protector, no le había servido para ganarse el respeto de sus queridos dueños, mientras Zeus, por todo lo contrario, lo tenía todo. 

Después de días meditando el por qué, llegó a la conclusión, que los humanos eran unos ingratos, que no sabían valorar el esfuerzo y la entrega de quien ya consideraban cómo algo seguro. Alguien que sin pedir ni exigir nada, lo daba todo.

Aún así, sin entender esa forma tan absurda de comportarse, se propuso no olvidar, no olvidar nunca que los humanos pueden llegar a ser unos grandes desagradecidos, que olvidan rápido los favores y entrega desinteresada. Que al fin y al cabo, a pesar de ser sus dueños, no eran ni de lejos, nada perfectos.


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